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SALMO 110

El Señor dijo a mi señor:

“Siéntate a mi derecha,

hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies.”

 

Desde Sión, el Señor te entrega el cetro, símbolo de tu poder. ¡Domina, pues, a tus enemigos!

 

Tu pueblo se te entrega

en el día de tu victoria.

Sobre los montes santos,

y como el rocío que nace de la aurora,

tu juventud se renueva de día en día.

 

El Señor ha hecho un juramento y no va a desdecirse:

“Tú eres sacerdote para siempre, de la misma clase que Melquisedec.”

 

El Señor está a tu mano derecha; en el día de su furor,

destruirá reyes; dictará sentencia contra las naciones.

 

En el camino beberá agua de un arroyo,

y el agua le dará nuevas fuerzas.

ORAR CON EL SALMO 110

 

Podemos rezar este salmo basándonos en cuestiones como las de la conciencia ciudadana, la participación política, la misión de la autoridad política, la liberación de los pueblos, la justicia, el servicio, etc.

 

La liturgia recurre frecuentemente a este salmo en las fiestas relacionadas con Jesucristo, pues él fue quien perfiló el verdadero rostro de la realeza y del poder y le dio su genuina identidad.

ORACIÓN CON LOS SALMOS

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