EN EL SEGUIMIENTO DE JESUCRISTO
El Hijo del Altísimo y el más bello de los hijos de los hombres es despreciado, herido y muere en una cruz (ICta 17.19; 2Cta 22;3Cta 16-19). Este es el "camino" que la hermana clarisa debe contemplar y seguir.
Santa Clara no define la vida en que se vivia en el Convento de San Damián como "vida contemplativa", sino como "vivencia del Evangelio". No se considera la contemplación como una "forma de vida", sino como una dimensión esencial de la misma que queda sometida a la experiencia de vida evangélica.
La contemplación es "una forma de vida", es "seguimiento contemplativo".
La fuerza carismática de la espiritualidad clariana recae sobre la humanidad de Jesucristo. Es, justamente, a través de su humanidad como «el Hijo de Dios se hace camino» (TestCl 5), inaugurando un camino nuevo y vivo. Por esta razón nuestras comunidades asumen la vida contemplativa como misión evangelizadora dentro del planteamiento global de la actividad orante y misionera de la Iglesia.
ESPIRITUALIDAD
SEGUIMIENTO CONTEMPLATIVO
CONTEMPLACIÓN Y SEGUIMIENTO DE CRISTO